En algunos casos, un accidente de tráfico puede no ser lo suficientemente grave como para continuar por la vía penal. En estas situaciones, el juez puede archivar el procedimiento penal y remitir el caso a la vía civil.
Si ha sufrido lesiones en el accidente, estas quedarán reflejadas en un informe forense dentro del expediente judicial. Con base en ese informe, el juez puede emitir un auto de cuantía máxima, un documento que indica la cantidad máxima que el afectado puede reclamar a la aseguradora contraria.
Es importante saber que un auto de cuantía máxima no es una sentencia firme ni otorga el derecho automático a recibir la indemnización. En cambio, sirve como base para presentar una demanda civil, donde se reclamará la cantidad determinada por el juez.
Para que este documento tenga validez, es necesario ejecutarlo, es decir, incluirlo en un procedimiento civil y solicitar formalmente la indemnización correspondiente.
Una de las principales ventajas de contar con un auto de cuantía máxima es que, al ejecutarlo en un proceso civil, se produce la denominada inversión de la carga de la prueba.
Esto significa que, en lugar de que el demandante tenga que demostrar que tiene derecho a la indemnización, será la parte contraria quien deberá probar que el accidente fue exclusivamente culpa del reclamante. Si no logran demostrarlo, el asegurado tendrá derecho a recibir la compensación económica determinada en el auto.
Si ha obtenido un auto de cuantía máxima tras un accidente de tráfico, es fundamental actuar rápidamente para garantizar que recibe la compensación que le corresponde.
Un abogado especializado en reclamaciones por accidentes puede asesorarle durante el proceso de presentación de la demanda civil y garantizar que la aseguradora pague la cantidad establecida en el auto.
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